Fue secretario de Asuntos Agrarios durante el menemismo. Su gestión como gobernador de la provincia de Buenos Aires coincidió con la presidencia de Néstor Kirchner. Y fue canciller de Alberto Fernández hasta 2021, cuando el jefe de Estado decidió darle las llaves de ese ministerio a Santiago Cafiero. Desde la experiencia acumulada en estas décadas, Felipe Solá considera que Sergio Massa y Agustín Rossi componen “la fórmula que unifica el espectro de votos a los que podemos aspirar en la elección”. Y si bien confía en la figura del precandidato de Unión por la Patria, admite que probablemente la definición por la Casa Rosada se extenderá hasta el balotaje. “Massa es audaz, pero moderado”, afirma el ex ministro de Relaciones Exteriores de la Nación.
-¿Cómo analiza la fórmula de Unión por la Patria, en especial luego del acuerdo de unidad para la lista Massa-Rossi y de que se barajara la posibilidad de “Wado” de Pedro-Juan Manzur?
-Sergio Massa–Agustín Rossi es la fórmula que unifica el espectro de votos a los que podemos aspirar en la elección. La fórmula previa no representaba a la totalidad del peronismo; pero, sobre todo, a pesar de la indiscutible pertenencia de “Wado” de Pedro y de Juan Manzur a nuestras filas, no tenía la proyección hacia adelante que buscamos los argentinos que creo expresa la candidatura a presidente de Massa, en su doble condición de ministro y candidato. La conducción de la política económica en tiempos de crisis en manos de alguien que no sólo desea cumplir con su función, sino que proyecta el futuro desde ahí, es la clave de la mayor competitividad de Massa sobre los demás. Por lo demás, expresa un nivel de compromiso con el mañana que es inédito en un ministro de Economía. Gestión y campaña a la vez indican audacia y fe en el crecimiento de nuestra Argentina. Sergio Massa cree y tiene fe en la capacidad de nuestra comunidad de construir un futuro mejor.
-En este país “de tercios”, ¿imagina un balotaje con JxC o con Milei?
-Claramente, sí. Vamos a una doble vuelta. Con uno o con otro.
-¿Cómo valora el paso de Manzur por la Jefatura de Gabinete? ¿Piensa que puede ocupar algún lugar en un eventual gobierno de Massa?
-Juan Manzur fue un muy buen ministro de Salud de la Nación, y un gobernador con una gestión ganadora en Tucumán. Su paso por la Jefatura de Gabinete fue menos lucido, porque ese cargo no es clave en la Argentina. Si brilla demasiado, parece reemplazar a la figura presidencial; y si se cuida de hacerlo, no adquiere relevancia. En todo caso, parece una función para una personalidad más técnica que política, y que despierte menos expectativas que uno de los gobernadores más importantes por su capacidad política y su representatividad, tal el caso de nuestro compañero Manzur. Por supuesto que está en condiciones de acompañar en el gabinete a Massa, pero eso dependerá de los criterios que éste tenga al armar su gabinete
-¿Conversa seguido con Massa? Usted advirtió que “la templanza es una de las mayores virtudes” del ministro, ¿por qué considera que es el mejor candidato para el peronismo?
-Conozco a Sergio Massa desde hace mucho. Fui candidato a diputado con él en 2013, integré su bloque; lo acompañé como candidato a gobernador de Buenos Aires, mi provincia, en 2015; y encabecé su lista de diputados bonaerense cuando intentó ser senador nacional en 2017. Converso cuando puedo con él. Su actividad es tan intensa que lo hacemos más por teléfono que personalmente; a veces nos encontramos. Pero tenemos una gran confianza personal. Sergio Massa es un hombre joven, tiene 50 años, con una asombrosa capacidad para aprender que ha caracterizado su vida política, unido a su vocación de construir un partido competitivo desde cero: el Frente Renovador. ¿Por qué hablo de templanza? Porque nunca está vencido, nunca lo he visto nublarse o perder de vista sus objetivos en los malos momentos, nunca quejarse de la realidad que le toca, siempre sereno y saliendo hacia adelante. Massa es audaz, pero moderado, se comporta como un demócrata cabal con sus adversarios y difícilmente exista en la primera plana política un negociador tan hábil. No propone demoler edificios, quemar el Banco Central, erradicar del país a sus oponentes, amenazar con ajustes salvajes y buscar modelos externos. La batalla de octubre será entre quienes defienden sus convicciones desde su amor incondicional por la Argentina y quienes creen que esta es una sociedad que no funciona y un país frustrado y quieren dividir la sociedad entre admiradores de modelos externos y los demás. (Recuerdo que) en 2018, el secretario de Finanzas (Luis) Caputo vino al Congreso y nos mostró un cronograma futuro de éxitos financieros. Solo dos semanas después, ante problemas con créditos futuros, (Mauricio) Macri se asustó y rompió el vidrio para emergencias llamando al FMI, y endeudándonos por varias generaciones, aprovechando su cercanía con el gobierno de Donald Trump. Sergio Massa jamás hubiera reaccionado así. Massa no se asusta.
-Más allá de los factores externos, la gestión de Alberto Fernández no pudo revertir algunos indicadores con impacto social, como la pobreza y la inflación. ¿Esto puede incidir en el resultado de las presidenciales?
-Sí. Claramente no pudo hacerlo y estar a la altura de nuestras promesas de campaña de 2019. Pero la realidad no le dio tregua. (Una) caída fenomenal de nuestro PBI en 2020 por la aparición de algo inédito en la Argentina moderna, como la epidemia de covid en marzo de ese año. Recuperación de la economía posterior y crisis de la balanza de pagos en un mundo que cambió por la guerra (vivimos en un planeta donde lo más importante es la guerra entre Occidente y el eje Rusia-China), más el tremendo impacto económico del cambio climático por primera vez en nuestra tierra. Me refiero a la sequía que frustró a todo el interior y nos hizo perder 20.000 millones de dólares en unos meses. ¿O alguien piensa que estaríamos igual si el Banco Central tuviera esas divisas? No obstante, no paramos la obra pública como (hizo) Macri en 2018-19; y tuvimos programas de apoyo social y a la economía que evitaron un desempleo feroz. Hay empleo, aunque con malos salarios e inflación.
-¿Cuál piensa que será el rol que tendrán Cristina Kirchner y Macri para el período de gobierno que se viene?
-Dependerá del resultado de las elecciones. Cristina Kirchner sabe que lleva mucho tiempo liderando el peronismo y abre paso a nuevas realidades. Ella, estoy seguro, manejará con prudencia su capacidad para influir porque siempre mira hacia el futuro y eso está claro en sus declaraciones de los últimos cuatro años. Macri se inclinó hacia un lado en las primarias y abrió una lucha feroz entre los candidatos de Cambiemos. No sé qué ocurrirá, pero, evidentemente, su movida fue equivocada.